miércoles, 29 de septiembre de 2010
Sol vs. Lluvia.
Mi madre me contaba de niña que cuando llueve durante un largo periodo de tiempo, la lluvia se filtra en las paredes, empapa nuestros cuerpos y acaba desbordándose por los ojos. Cuando eso ocurría, nosotras poseíamos la solución infalible, un chocolate caliente y unas crepes, que a menudo terminaban como soles pegados al techo. La sensación era increíble.
Al crecer, el efecto desapareció como por arte de magia, pero el agua seguía cayendo ahí fuera. Una tarde de aguacero fui a refugiarme en un bar y al entrar comprendí porque a ese lugar nunca le daba la luz de sol. Su luz estaba en las paredes, en los ojos de la gente que se encontraba allí, en cada recóndito lugar de aquel local y, de repente, las huellas de mi niñez se removieron en mi interior y encontré una nueva barrera de contención para aquellas lágrimas difíciles de vencer.
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3 comentarios:
qué bonito! es de vdd la historia? y ese lugar es el sol? :) a mí me sigue funcionando el chocolate caliente en los días de lluvia y en los días tristes... la semana que viene stoy en santander así que si quieres probamos!
Es uno de los microrelatos que presenté el año pasado a un concurso, y si, ese lugar era el sol.
Ahora ando buscando un nuevo lugar...
MmmmChocolate!!Me parece una estupenda idea!!
si te gusta escribir microrelatos metete en la fundación césar egido, todavía esta abierta la convocatoria, yo participo, aunque es muy jodido porq se presentan muchos escritores. En tiempos de crisis normal, ante un suculento premio de 7000€... Si te toca me invitas a algo eh! Un besurri!
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