
Después del colorín colorado.
Y entonces ella, la princesa de los cuentos de hadas, cuando escucha por fin el colorín colorado este cuento se ha acabado, mira a su príncipe salvador, mira al que es ya su amante esposo, y se promete a sí misma que siempre le hará feliz y que le cocinará perdiz un día a la semana.
Pero no es fácil satisfacer a un príncipe salvador. Se le tiene que demostrar el debido respeto, porque él es, al fin y al cabo, un héroe, un mártir, aquel que puso en peligro su vida para rescatarla a ella.
Y entonces la princesa aprende a caminar de puntillas, a no hacer ruido al cerrar la puerta, a no estornudar nunca de forma estridente. Con constancia y humildad aprende a disminuir de tamaño y a quedarse guardada, doblada como un pañuelo en el fondo de sí misma. Aprende a no hablar cuando el príncipe no lo solicita, aunque a veces los pensamientos se entrechoquen y abran cicatrices hondas por dentro. La princesa, nuestra princesa cercana de cada día, aprende a entender que su cuerpo es, tantas veces, su única materia útil, y se depila, se acostumbra a caminar sobre altos tacones, se envuelve meticulosamente en sombra de ojos, cremas anticelulíticas y perfumes de azahar.
La princesa aprende cada día a convencerse de su pequeñez, de su debilidad, de su insignificancia silenciosa.
Hasta que una mañana echan por un canal de pago la recreación en dibujos animados de su propio cuento. Y ve en la pantalla cómo era su príncipe salvador antes de convertirse en su amante esposo. Ve cómo era ella antes del colorín colorado.
La princesa nota que algo se le rompe en la garganta. Acaba de darse cuenta de que a ella nunca le gustaron las perdices.
Uno de los objetos perdidos del texto teatral “Heridas” de Carmen Losa, Ana Martín Puigpelat, Rosa Molero, Gracia Morales, Nidia Moros y Adolfo Simón.
4 comentarios:
Los cuentos de hadas no existen, es algo que he descubierto hace más bien poco. Sí existen los sueños, aunque en su perspectiva de irrealidad, nada más... A veces me pregunto si muchas de las cosas con las que soñamos han llegado a existir en el mundo real.
Un beso nena
Vaya...Ese texto promete. Bravo por intentar exprimir la realidad de un modo tan sutil y delicado.
Y es verdad, los cuentos de hadas, son eso, cuentos...
Un besín.
Vaya...Ese texto promete. Bravo por intentar exprimir la realidad de un modo tan sutil y delicado.
Y es verdad, los cuentos de hadas, son eso, cuentos...
Un besín.
Hola a las 3, fue una obra de teatro que lei recientemente y al final venía este texto y me gustó. Aunque aqui se muestre el lado más horrible del amor, a veces, también los cuentos de hadas se cumplen.
Jackie, muchas gracias por tus palabras. Me alegra que te guste este rincón y espero verte por aquí muy amenudo.
Un beso a todas!!
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