viernes, 24 de octubre de 2008

Amarse con los ojos abiertos.

Hace un par de días, haciendo limpieza en mi ordenador, me encontré con un fragmento del libro "Amarse con los ojos abiertos" de Jorge Bucay (ídolo indiscutible de Rosenrod xD), el cual, leí hace casi un año y aunque ahora no me acuerdo muy bien porqué, debió llamarme la atención, ya que lo transcribí.

El libro la verdad no es gran cosa, no hay nada nuevo bajo el sol, pero me gustó mucho su título, ya que, al enamorarnos todos padecemos de una especie de ceguera que, curiosamente, se esfuma a la hora de ver a otras parejas.

Sí, éste es mi caso. Alguien que conozco va a casarse y reconozco que es una relación que no me parece sana. Puede que ellos opinen lo mismo de mi situación, pero lo que está claro es que cuando necesitamos a otra persona para vivir, y si ésta desaparece nuestro mundo también lo hace, mala cosa.

"Uno de los problemas de nuestra actitud desmitificadora es que atenta contra toda la tradición cultural basada en que con la boda se resuelve todo. Todas las historias de amor terminan con un final feliz: “Se casaron, fueron felices y comieron perdices…”.
Despertemos a los distraídos: la pareja no es eso.
La pareja es un camino nuevo, un desafío.
Con ella nada termina. Al contrario, todo comienza. Salvo una cosa: la fantasía de una vida ideal sin problemas.
Es duro tener que dejar de lado nuestras fantasías sobre lo que podría ser. Es una renuncia importante. Esa pareja ideal con la que soñé desde que era una niña muere con el matrimonio y produce un gran dolor. Ciertamente, cuando me doy cuenta de que no es así, empiezo a odiar al culpable.
Es necesario aprender que soy yo la que tiene que resolver su propia vida: descubrir qué me gusta, cómo voy a mantenerme, cómo quiero divertirme, cuál es el sentido que quiero dar a mi vida.
Todas estas cuestiones esenciales son personales: nadie puede resolverlas por mí. Lo que puedo esperar de una pareja es un compañero en mi camino, en la vida, que me nutra y a su vez se nutra con mi presencia. Pero, sobre todo, alguien que no interfiera en mi camino de vida.
Esto es suficiente.
La peor de nuestras creencias aprendidas y repetidas de padres a hijos es que se supone que vamos en la búsqueda de nuestra otra mitad. ¿Por qué no intentar encontrar a otro entero en vez de conformarse con uno partido por la mitad?
El amor que proponemos se construye entre seres enteros que se encuentran, no entre dos mitades que se necesitan para sentirse completas.
Cuando necesito al otro para subsistir, la relación se convierte en dependencia. Y, en dependencia, no se puede elegir.
Y sin elección no hay libertad.
Y sin libertad no hay amor verdadero.
Y sin amor verdadero podrá haber matrimonios, pero no habrá pareja".

Jorge Bucay & Silvia Salinas.

8 comentarios:

lucy liu dijo...

Me ha gustado bastante el texto que trascribes.Aunque no soy muy asidua de lo libros tipo autoayuda como Bucay, de hecho solo he leido un libro de Jorge Bucay, el de Cuentos para pensar, que si me gustó porque lo vi ameno y variado.Pero este texto define a la perfección lo que yo entiendo por pareja/matrimonio. Y es que el amor y el sentirse pleno en pareja poco tiene que ver con la dama de las camelias o el amor gotico de werther.
Saludos

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Si ya es erróneo pensar que el matrimonio puede limar diferencias y salvar los problemas de pareja (nada más lejos de la realidad), peor es cuando las parejas asentadas deciden tener un hijo como solución a todos sus disgustos conyugales. El recién nacido no es más que otro motivo de discusión y de división más que de unión (aunque hay excepciones, considero que si una pareja no funciona, un bebé no hará el milagro que esperan)

Me quedo con la última frase, que lo define todo:
"Y sin amor verdadero podrá haber matrimonios, pero no habrá pareja"

Saludos ;)

Anónimo dijo...

Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.

Lsodio dijo...

He llegado a tu blog por casualidad y me ha encantado. La verdad es que el texto tiene mucha razón y tb el de Carmen Posadas.

Un saludo

Faraonika dijo...

Lucy, la verdad es que de este autor solo me he leido este libro.
Me alegra que compartas esta visión de la pareja y del amtrimonio, estoy segura de que te irá muy bien.

Pliskeen, yo lo del hijo no lo he oido gracias a Dios(aunque se que ocurre)pero lo de: "te pedí que te casaras conmigo a ver si las cosas se arreglaran, sí". Una pena, la verdad.
A mí tb me gusta mucho la última frase.

Anónimo, bonita cita del señor Bucay y sin duda muy cierta.
Espero que vuelva a escribir, esta vez con su identidad.

Lsodio, yo si conocía tu blog, de hecho, he escrito un par de veces (si mal no recuerdo en una cita que decía algo sobre que las personas preguntan siempre a los solteros por la pareja, el trabajo...o algo así).
De todas formas me alegra que te haya gustado el blog y espero que te pases cuando quieras.

Un saludo para todos y que tengais un feliz día!!

Roberfumi dijo...

¿Por qué no intentar encontrar a otro entero en vez de conformarse con uno partido por la mitad?

Gran frase, si señor. Le hubiese arruinado el chiringuito de tu media naranja a Jesus Puente XD.

Un beso!!

Rosenrod dijo...

Escribo:

¡Mira que relacionarme con ese vendedor de crecepelos de baja estofa...! :)

Un beso!

Anónimo dijo...

Por suerte o por desgracia (nunca lo he tenido demasiado claro) soy crítica también con mis relaciones. Hay personas que ven en sus parejas un cúmulo de virtudes hagan lo que hagan. En parte está bien, pero hay que saber ver lo malo, darse cuenta de que también lo hay. Otra cosa es que luego todo lo bueno compense :)

Un besito