Sin Reservas

Sonrisas y lágrimas. No, no me refiero al título de la famosa película protagonizada por Julie Andrews, sino a lo que podemos encontrarnos al visionar “Sin Reservas”, más lo segundo (las lágrimas) que lo primero.

Sinopsis: Kate (Catherine Zeta-Jones), una jefa de cocina, vive su vida del mismo modo que dirige la cocina en el exclusivo restaurante 22 Bleecker en Manhattan—con una intensidad firme y eficiente que al mismo tiempo cautiva e intimida a todos los que la rodean. Con una increíble precisión, se mueve entre cada ajetreado turno, coordinando cientos de comidas, preparando delicadas salsas, condimentando y cocinando cada plato hasta la perfección absoluta. La naturaleza perfeccionista de Kate es puesta a prueba cuando un nuevo y desenvuelto ayudante de chef entra a formar parte de su personal, el enérgico y audaz Nick (Aaron Eckhart). A Nick, una estrella de la cocina en alza, le gusta escuchar ópera mientras trabaja y le encanta hacer reír a todos los que le rodean. Su informal actitud, tanto ante la vida como ante la cocina, no podría ser más diferente de la de Kate, pero la química que se establece entre ellos es innegable… al igual que las discrepancias, como los tenedores repicando sobre una encimera de granito. Podría resultarle más fácil hacer frente a esta confusión en el trabajo si Kate no estuviera ya desequilibrada en casa, esforzándose por conectar con su sobrina de nueve años, Zoe (Abigail Breslin), que recientemente—y de manera muy inesperada—ha venido a vivir con ella. A Zoe, una chica brillante e inteligente, a la que le gustan más los palitos de pescado que el foie gras, está sin duda fuera de lugar en la rutina de Kate pero Kate está decidida a crear un hogar para ella… en cuanto entienda cómo hacerlo.

Mucha gente opina sin verla que es una vergüenza que hayan copiado de una manera tan descarada la cinta “Deliciosa Martha”, pues bien, en su favor debo decir que aunque en los trailer y en su publicidad en general no aparezca como un remake de dicha película, durante los créditos iniciales se nos informa de que esta basada en la misma.
Pero por si acaso decidí poner la mula a trabajar y ver “Deliciosa Martha” también y ahí es cuando vino mi sorpresa: sólo cambian los decorados, mucho más chic en esta última y sus actores, mucho más conocidos. Los diálogos y escenas son calcados.

Aún así, me ha encantado. Estaba claro desde un principio lo que iba a ocurrir, claro que si, pero para nada se hace larga o aburrida. No es de esas películas en las que estas deseando que se acabe o que llegue la parte del final, no, simplemente te dejas seducir por todo lo que ocurre en pantalla y vas disfrutando cada minuto de la cinta.

Lo mejor de la cinta es sin duda su música, con Pavarotti y la ópera como protagonistas (hacer el amor escuchando Pavarotti es la leche, según dicen) y, sin ninguna duda, Abigail Breslin.


Bordó Pequeña Miss Sunshine y esta vez vuelve a hacerlo. Parece mentira que una niña de tan corta edad actúe tan bien, si las cosas no cambian dará mucho que hablar.
En esta ocasión hace que la interpretación del resto de sus compañeros sean meras anécdotas: Aaron Eckhart tiene su puntillo, sexy y tierno a la vez pero Catherine desgraciadamente solo tiene su físico y su fama, y aunque eso ayudará a reventar la taquilla me quedo con Martina Gedeck, protagonista de “Deliciosa Martha”.

Para todos aquellos que les apetezca ver una especie de drama romántico (de comedia apenas un par de escenas) combinadas con platos exquisitos y una música absolutamente deliciosa, esta es sin duda su película.