7-7-07

1 de enero, 2 febrero…y sí, 7 de julio San Fermín. Y como dice la canción a Pamplona fuimos.
Al no ser muy amiga de las fiestas taurinas, los san fermines nunca me habían llamado mucho la atención, pero también pienso que hasta que no se conoce algo realmente no sé puede dar una valoración verdadera.
Así que el jueves me fui con el equipo (para el que este era su tercer año) a Pamplona.

Un viaje divertidísimo. El coche cargado hasta los topes, en los puertos le costaba tirar jeje, frenazos en la autovía y pequeñas dudas ¿Qué gasolina lleva este coche? o ¿Es esta salida o la siguiente? Pero al final con nuestro mapa dibujado en una servilleta (Gracias Sarita) Elsa nos llevó a Pamplona sanas y salvas.



Pues bien allí, nos quedábamos en el piso de Sara que estudia o eso dice que hace allí durante todo el año. No sé sabe la calle en la que vive por lo que tardamos un rato en llegar, pero bueno de rebote vimos toda Pamplona, incluido el cementerio así que ya podéis imaginar que nos desviamos un poco, pero llegamos.

En el piso en cuestión nos quedábamos unas 10 chicas y sólo había 2 baños pero asombrosamente no me preguntéis porqué no hubo ningún problema y llegamos a tiempo a todos los lados (será el alcohol que une más de lo que yo pensaba xD).

El viernes fui la última en despertarme y al dirigirme al salón a tomar un café propio de las 9 de la mañana, la gente ya estaba haciéndose cubatillas y bebiendo sangría por lo que a las 11 cuando fuimos de camino al chupinazo íbamos finas (cánticos incluidos).
Con el pañuelo atado a la muñeca llegamos a la plaza del Castillo desde donde vimos el chupinazo. Muchísima gente allí y de repente, tras el mismo la gente se vuelve loca, empieza a gritar, a abrir botellas de sidra, a tirarte el calimocho en fin que de allí nadie salió vivo.




La gente se acercaba a hablarte, a preguntarte de donde eras, la verdad es que lo pasé genial y el ambiente me gustó. El sábado pude practicar mi inglés con un holandés con su acento jeje al que por cierto a mí vuelta a Santander le he visto corriendo en uno de los encierros por la tele.
Por la noche ya es otro cantar, si no vas borracho poco puedes hacer la verdad. Las calles y los bares están llenos de gente y moverse es una misión imposible, además el estar todo el día de fiesta pasa factura al final del día.
Así que nosotras el viernes hicimos botellón en casa al que vino el hermano de Saray con sus diez amigos jeje y el sábado fuimos a casa de unos valencianos que nos prepararon calderos y calderos de agua de valencia, muy bueno aunque al ponerse de pie se notaban los efectos.




En fin, que fueron cuatro días en los que me lo pasé muy bien, aunque de la fiesta popular la verdad ya no queda mucho.
Mucha gente, mucho calor, mucha alegría y mucha fiesta.



P.D.: Esperando la próxima escapada…